sábado, 27 de julio de 2013



Un hombre, sus sueños, y sus tribulaciones.

Agradezco a dios por darme su don. Así me enteré que pasaba sus horas de sueño en sueño. Que se despertaba a duras penas y que en lo primero que pensaba era si iba a estar lo suficientemente cansado cuando cayera la noche. Que su vigilia era mentira. Mientras cualquier humano usa las horas para hacer provecho del tiempo él en lenta y repetitiva agonía inventaba distracciones para que al momento de la noche pudiera cuanto antes desprenderse de la realidad. Le daba miedo a veces la facilidad con la que lo conseguía, en abanico se le cruzaban casi al momento del ensueño ideas de que podía hacer algo para que su vida fuese distinta, que su vida era su culpa, que nadie más que él era el responsable; pero sus distracciones daban resultado y se veía envuelto en la tela del sueño mientras lunas y mientras soles.
Así se durmió por última vez, y sin conocer la veracidad de sus actos intentó llegar al baño pasos antes de caer al piso como plomo.

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