Mis sueños están hechos de cenizas, porque generalmente se
relacionan con acontecimientos que en la vigilia se han prendido fuego.
Y al despertar, cuando camino, tengo una araña en la cabeza.
Y su tela no me deja decir lo que pienso. ¿O es el
televisor?
Es el silencio quien esclarece mi pensamiento. La
inmutabilidad.
El vacío, la nada, ¿se parecerán a esto?
Oh, si la muerte se asemejara, cuan feliz sería estando
ausente.
¿Cuanto cuesta sino mi presente?
¿De que vale mi venganza contra el mundo?
Y peor aún: si ya hubiese fracasado, si mi tiempo no
coincidiera con mis pasos, ¿de que me sirve seguir pensando en venganza?
Tengo ganas de vomitar.
¿Será éste el vómito del artista? ¿Será éste el vómito del artista?
¿Será éste el vómito del artista? ¿Será éste el vómito del artista? ¿Será éste el vómito del artista? ¿Será éste el vómito del artista?
¿Será éste el vómito del artista? ¿Será éste el vómito del artista? ¿Será éste el vómito del artista? ¿Será éste el vómito del artista?